
Las arañas (orden Araneae) son el orden más numeroso de la clase Arachnida, diversamente emparentadas con otros grupos de Artrópodos, como los insectos, con los que no deben confundirse. El grupo está abundantemente representado en todos los continentes, excepto en la Antártida. Todas son depredadoras de pequeños animales, generalmente solitarias. Producen seda llamada tela de araña o telaraña, que usan para tejer redes de caza, tapizar refugios e incluso hacerse llevar por el viento. Hasta la fecha se han descrito más de 38.000 especies,[1] de las que sólo una docena son realmente peligrosas para los seres humanos. La especialidad que se ocupa de las arañas y el resto de los arácnidos se llama Aracnología. Hay personas que sufren de aracnofobia, miedo a las arañas.
La anatomía de las arañas coincide a grandes rasgos con la de otros arácnidos, es decir, con el cuerpo dividido en dos regiones o tagmas, prosoma (o cefalotórax) y opistosoma (o abdomen) y el mismo número y tipo de apéndices, es decir, un par de quelíceros, un par de pedipalpos y cuatro pares de patas locomotoras.
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